01 May ACANTILADOS DE ETRETAT, NORMANDIA
Por una carretera costera, me dirigía desde Honfleur, villa donde me alojaba, hacia la ciudad balnearia de Etretat. En el camino eran frecuente las obligadas paradas, totalmente justificadas por la gran belleza de los pintorescos pueblos y sus verticales acantilados.
Serpenteando acantilados llegué a mi destino, Etretat en de la Costa de Alabastro, Alta- Normandía. Pertenece al Departamento del Sena Marítimo y tiene unos 1.600 habitantes. Etretat es muy conocido por sus blancos acantilados que se precipitan sobre el mar y por su playa de guijarros. Numerosos artistas y pintores atraídos por la gran belleza natural de estos parajes, han plasmado en sus obras estos acantilados, entre ellos Monet. Al estar a solo un par de horas de París, en el Siglo XIX el “Beau Monde” se enamoró de este pequeño pueblo de pescadores, transformándolo en una elegante cuidad balnearia.
El viento azota con fuerza al llegar al paseo marítimo, aunque este es realmente un dique para proteger el pueblo de las grandes mareas. Pocos son los bañistas que se atreven a bañarse en la playa, ya que las corrientes son tremendas.
A la izquierda mirando desde el paseo marítimo se encuentra el conocido acantilado “Faliase d´Aval”, erosionado por los fuertes vientos y oleajes abriendo un gran arco. Detrás el “Aiguille d´Etretat”, un obelisco de 70 metros de altura que se alza en solitario y mas al Sur el “Manneporte” un arco natural con una apertura de 90 metros.
A la derecha el “Acantilado Amont” con la neogótica “Capilla Notre Dame des Flots”, construida como exvoto por los marineros. Los senderos bordean toda la costa, llama la atención el contraste de los verdes prados con los blanquecinos acantilados y la profundidad del mar de un color azul ultramar muy intenso. En los acantilados anidan numerosas aves marinas, como gaviotas, cormoranes y albatros. La playa no es de arena sino que está cubierta por pequeños y redondeados guijarros .
Las casas de Etretat son de tejados de pizarra y muchas conservan el entramado de madera y con postes decorados. Lamentablemente los bajos de algunas de estas casas cercanas al puerto, son tiendas de souvenirs que desentonan en el entorno. Si quieres adquirir algún recuerdo local puedes pasarte por “El Mercado Viejo” con tiendecitas de madera en su interior, es muy coqueto.
Cerca del Puerto hay numerosos restaurantes repletos de turistas, atraídos por los olores de las “Crêpes” y las rebosantes ollas de “Moules Frites” (mejillones con patatas fritas) muy común en el Norte de Francia, acompañándolo como no, con una botella de sidra.
ALREDEDORES
Muy cerca de Etretat puedes visitar otros pintorescos pueblos, entre ellos Yport, con sus casas engalanadas de flores, las casetas de playa, su iglesia marinera y los erosionados acantilados.
CONCLUSIÓN
Si quieres ver naturaleza exuberante, verdes prados y la asombrosa verticalidad de los acantilados de la Costa de Alabastro, debes que visitar ETRETAT.
“La playa parece un decorado de cuento de hadas con sus dos maravillosas
desgarraduras de acantilados que llaman las Puertas. Se extiende en forma de anfiteatro regular cuyo Casino ocupa el centro; y el pueblo, un puñado de casas plantadas en todos los sentidos, envolventes sus fachadas por todos sus lados, con cierto estilo, irregulares y divertidas, parecen arrojadas del cielo por la mano de cualquier sembrador y haber arraigado como consecuencia de la caída. Surgido al borde del mar, cierra el extremo de un adorable valle en la lontananza ondulante y cuyas colinas, a cada lado, están agujereadas de chalets que desaparecen bajo los árboles de sus jardines. En los alrededores, diminutos valles sin nombre, barrancos salvajes llenos de brezo y de aulagas se extienden en todos los sentidos; y a menudo, a la vuelta de un sendero, vemos allá abajo, en un corte profundo, el enorme mar azul, resplandeciente de luz, con un velo blanco en el horizonte.”
“Guy de Maupassant”
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