26 Sep LA COTE SAUVAGE EN BICICLETA
Hace tan solo unas semanas recorría en bicicleta La Côte Sauvage. Paisajes en los que el mar, la roca y la naturaleza son los protagonistas. Si te apasiona la bicicleta es la mejor opción para conocer «La Côte Sauvage» de primera mano. Ya sabes que en bici o a pie se llegan a lugares que con otro medio de transporte no puedes llegar.
La Côte Sauvage está en la Región del Departamento del Loira Atlántico, aunque mas bien, por sus características y cultura, esta zona es de sentimiento Bretón.
Alquilamos unas bicicletas en Bike Evasión, casi en el mismo puerto de Le Pouliguen. Disponen de unas bicicletas eléctricas que nos hizo mas fácil la ruta. Salimos hacia el puerto bordeando «La Côte Sauvage» junto a mansiones espectaculares que evocan el esplendor de la zona en otros tiempos.
Antes de llegar a Batz-Sur -Mer a la derecha, hay un bunker alemán de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de «Le Grand Blockhaus» donde en su interior hay una recreación de objetos y vestuario de aquella época. Para los amantes de la Segunda Guerra Mundial es una visita imprescindible.
Casi todo el camino se hace por carriles bici bastante bien acondicionados. En algunas zonas, la costa es escarpada y llena de cuevas. Estas cuevas fueron refugio de piratas y contrabandistas en otra época. También hay senderos para hacer la ruta a pie
Al llegar a Batz Sur Mer hay dos opciones; O bordeas Le Croisic o directamente te metes de lleno en las salinas. En mi caso optamos por las dos opciones. Bordeamos la impresionante costa de Le Croisic y después visitamos las salinas.
Le Croisic es casi una isla y todo su término está rodeado de agua. Seguimos bordeando la costa de la derecha y llegamos a una zona de marisqueo. Coincidió que era marea baja y vimos a mariscadores con cubos de almejas y berberechos recién capturados.
Era Domingo y en Le Croisic hay brocante ese día. Lógicamente aparcamos las bicicletas y nos dimos una vuelta por el brocante a ver si encontrábamos algún objeto o cachibache antiguo que nos llamara la atención. Encontré un juego de cubiertos bastante bien conservados que ahora lucen en mi cocina. Le Croisic tiene un caserío de lo mas interesante, con algunas casas con entramado de madera y ventanas con flores.
Ya era hora de comer y nos dirigimos al puerto a comer en una de sus famosas marisquerías. Mi plato «moules frites» mejillones con patatas fritas. Es el plato típico del Norte de Francia y por estos lares los cocinan de mil maneras.
Ya saciados, volvimos a las bicicletas y seguimos bordeando «La Côte Sauvage» hasta «Le Pointe du Croisic», la punta de Croisic. Esta zona es mas escarpada, pero con playas de arena fina muy estimulantes. Playas y calas que invitan a un baño casi en silencio. Solo el viento susurra en estos lares tan infinitamente hermosos.
Al llegar a este punto volvimos para al zona izquierda de Le Croisic, donde el mar se intercala con paisajes preciosos y casas de ensueño al borde del mar.
De vuelta a Batz Sur Mer visitamos su bonito caserío. Está catalogada como «Petit Cité de Caractere». Contraventanas azules llenas de flores, tan típicas de La Bretaña y de esta zona del Departamento del Loira. En la misma plaza de la iglesia hay una pescadería que está abierta también en Domingo, donde puedes comparar pescado y marisco fresco. Te recomiendo los bueys de mar y las exquisitas ostras. En esta zona puedes comprar una docena por 4 Euros. Batz Sur Mer tiene una capilla en ruinas «Notre Dame Du Murier». Le falta el tejado pero su arquitectura es una maravilla.
Nuestro objetivo era seguir la ruta por las salinas. Desde la iglesia debes de coger la «Rue de la Gare», Calle de la estación. Cuando llegas a la estación debes ir hacia la derecha y debes coger un pequeño tunel que va por debajo de las vías del tren. Coges hacia la derecha por la «Route de Berigo» y después en la intersección a la izquierda. Ya por fin estás en la «Route des Marais«. Es fácil llegar. En el pueblo hay carteles que señalan la ruta de las marismas.
Las salinas de Guerande es un entramado de pequeñas carreteritas entre balsas de agua. En bicicleta es todo mas intenso. Si vas en silencio puedes observar y oir las aves que anidan en la vegetación de las salinas. El paisaje es muy atrayente, donde el agua, el sol y las montañitas blancas de sal son los protagonistas. En algunas salinas pudimos ver a los salineros «Les Paludiers» cosechando la sal. El entramado de circuitos de agua milimétricamente fabricados, que te da a entender que la sal de Guerande es una sal marina natural y que se recoge de manera artesanal desde antaño. Esta razón hace que la sal de Guerande sea reconocida por los grandes chef del mundo.
La cooperativa «Les Salines de Guerande», es un complejo que se creó en los años ochenta por un grupo de productores de la sal, que aglomera a 200 salineros afiliados. Tiene un centro de interpretación, donde exponen de manera muy fiel el funcionamiento de las salinas y hacen visitas a las salinas… Pero de este lugar voy a hablarte en el siguiente post.
Ya de vuelta a Le Pouliguen dejamos las bicicletas en Bike Evasión y buscamos un sitio para reponer fuerzas. La zona del puerto está llena de restaurantes donde comer. Opté por la Crepería Le Bateau Livre, en la que saciamos el hambre con una buena crêpe tradiciolal
Había sido en gran día. Acabamos de hacer una ruta en bici por la impresionante «Côte Sauvage». Unos 30 Kilómetros de Costa Salvaje, pueblos de encanto, rica gastronomía, paisajes de infarto y paz interior… Que mas tengo que pedir!!!
El día que entendí que lo único que me voy a llevar es lo que vivo, empecé a vivir lo que me quiero llevar.
Teresa Lorenzo.
Debra | Azahar Cuisine
Posted at 18:12h, 28 septiembreTengo que viajar contigo en la realidad por esos lugares! Un beso, Debra
Teresa Lorenzo
Posted at 08:57h, 29 septiembrePronto viajeremos así. 2019 será un buen año para hacerlo. Contigo al fin del mundo…